La noticia de la precipitación a la Tierra del satélite UARS , Upper Atmosphere Research Satellite (Satélite de Investigación de la Alta Atmósfera) en desuso de origen estadounidense, trajo a la comunidad mundial la incertidumbre de donde será la caída y el impacto de este armatoste espacial que tiene el tamaño de un ómnibus y un peso de más de 5 toneladas. Según el Centro de Estudios de Órbitas y Reentradas de basura espacial el extremo sur del continente está en el camino del satélite que caerá el viernes 23 de septiembre. Expertos apuntan a la costa chilena. Algunos estudio señalan que un punto en el Océano Pacífico con Chile como el país más cercano al lugar de reentrada del satélite a la atmósfera. Una vez que el satélite ingrese en la atmósfera, continuará su caída orbitando mientras su velocidad desciende -a unos 15 mil kilómetros por hora. Entonces, 150 de sus piezas iniciarán un rápido proceso de fundición, mientras que otras se desprenderán hasta disgregarse por completo. Éste será el momento en que los 26 elementos que la NASA estima que soportarán la reentrada sin fundirse por el calor caerán hacia la superficie. Posible sitio de impacto Algunas estimaciones indican que la costa chilena es el sitio más cercano al punto de océano en el que la nueva lluvia de basura espacial tocará la superficie. Es por eso que un error de cálculo de -por ejemplo- 10 minutos, significa un desplazamiento entre Río de Janeiro y las islas del sur chileno pasando por Buenos Aires. Esto se debe a la velocidad que desarrolla el aparato. ¿Esto puede cambiar? Sí. La advertencia fue hecha por William Ailor, responsable estadounidense de los estudios de este tipo de desechos que declaró a ABC News que la hora y la ubicación de la caída podrían variar duranre las próximas horas. EN ALGUNAS HORAS SE SABRA DONDE CAERÁ ESTE BÓLIDO DE CHATARRA ESPACIAL
El reingreso en la atmósfera del satélite UARS
El reingreso a la atmósfera del satélite UARS se produjo sobre el Océano Pacífico, este sábado 24 de septiembre de 2011 entre las 12:23 a.m. (3:23 GMT) y 2:10 a.m. (5:10 GMT), hora argentina. La zona de dispersión de los restos del artefacto se produjo en un área no especificada, por el momento, por parte de NASA y organismos encargados de realizar el monitoreo y rastreo de reingreso del satélite a la Tierra, pero se cree que fue sobre Canadá donde podrían hallarse algunos restos.
La NASA confirmó el sitio exácto donde cayó el satélite UARS fuera de control
El Ingresó a la atmósfera del satélite UARS el sábado 24 de septiembre de 2011 a la 1.01am, hora de la Argentina, se produjo en una zona remota del Pacífico sur. En un primer momento, los científicos no habían logrado ubicar el sitio con precisión. La NASA afirmó finalmente que el satélite UARS, que impactó en un área del sur del océano Pacífico, lejos de cualquier masa de tierra firme, por lo que descartaron que los restos del artefacto hayan lastimado a alguien. Con este comunicado, la NASA puso fin a la incertidumbre que rodeó la caída del artefacto después de que los científicos no pudieran determinar con exactitud el punto de impacto del satélite. Según informaron, el artefacto quedó despedazado en 26 partes que se encuentran dispersas a 480 y 1.300 kilómetros al noroeste de su punto de reingreso a la atmósfera, a la 1 de la madrugada en la Argentina. El satélite concluyó en 2005 una vida científica productiva de casi seis años. Había costado 750 millones de dólares y pesaba más de 5,5 toneladas. La NASA había advertido que si bien desconocía el lugar del impacto del satélite, la posibilidad de que alcanzara a una persona era remota, una entre 3.200.
Se lanzó el satélite argentino SAC-D desde Base de La Fuerza Aérea estadounidense Vandenberg California EEUU. A este nuevo satélite argentino le fue adosado un dispositivo aportado por la Nasa llamado Aquarius, que no es otra cosa que un medidor de salinidad del agua en los océanos del planeta Tierra.
El satélite SAC-D Aquarius enviará de vuelta a la Tierra información clave que permitirá medir clic los ciclos oceánicos del mundo. Estos movimientos de las grandes masas de agua del planeta son claves para entender los patrones del clima, algo fundamental para prevenir inundaciones o programar cosechas en el campo. Además, ocho instrumentos más que llevará Aquarius aportarán interesantes datos sobre otros aspectos relevantes para la comunidad científica, e indirectamente para la población en el planeta. Un dispositivo llamado CARMEN medirá los niveles de radiación que están llegando sobre el planeta. Conocer la cantidad de radiación que llega a la Tierra, porque así se puede saber más del efecto que tiene sobre quienes viajan en avión, sobre todo en vuelos transpolares. Además hará labores de muestreo de la llamada "clic basura cósmica", que se refiere a la cantidad de satélites en uso o fuera de servicio que quedaron en órbita.
La Agencia Espacial Italiana (ASI) instaló en la plataforma del SAC-D un instrumento llamado ROSA, elaborará perfiles atmosféricos para mantener un control sobre su temperatura, presión y humedad.
También lleva cámaras de alta sensibilidad y una infrarroja. Cámara de Alta Sensibilidad (HSC) monitoreará fenómenos climáticas como tormentas eléctricas. Cámara Infrarroja de Nueva Tecnología (NIRST) proveerá a los científicos de información sobre incendios, volcanes y cenizas volcánicas que pueden ayudar a prevenir las secuelas o consecuencias de estos incidentes. La trayectoria del SAC-D Aquarius será supervisada por la CONAE, desde el Centro Espacial Teófilo Tabanera, en Córdoba, donde se recibirá la valiosa información que llegue desde el espacio.
El viaje espacial a Marte ya ha dejado de ser una utopía, y desde hace años se esta haciendo realidad, aunque falta un largo camino para emprender el viaje hacia el planeta rojo, los científicos no se detienen en la implementación de la tecnología que permitirán realizarlo. Una de esas tecnologías es la del traje espacialNDX-1, desarrollado por Pablo de León un científico argentino, que trabaja para la NASA en este emprendimiento, ingeniero astronáutico, investigador principal de la NASA y director del Laboratorio de Vuelos Espaciales Tripulados de la Universidad de North Dakota además de ser presidente de la "Comisión de Asuntos Espaciales" en el "Concejo Profesional de Ingeniería Aeronáutica y Espacial de la Argentina" (CPIAyE).
El NDX-1
De León dirige el desarrollo de este traje espacial bajo el programa NDSTAR 2005, de la NASA, donde más de 30 investigadores, especialistas y estudiantes participaron en su construcción. Cabe recordar que el traje ha completado exitosamente las pruebas en las llamadas "Badlands", en el estado de North Dakota, durante el mes de Mayo del 2006. "El NDX-1 ha pasado por diferentes pruebas en condiciones de simulación similares a las del planeta rojo; ahora hemos elegido el continente antártico por su ambiente similar a Marte", explicó el cientifico argentino. El NDX-1m se trata de una versión mejorada de otra anterior trabajada por De León y tuvo un costo de US$100.000. Tiene mayor flexibilidad, con lo que mejora la movilidad del astronauta y le permite manejar con mayor precisión los instrumentos de recolección de las muestras. Sus materiales son de uso militar y científico, por lo que son livianos y a la vez muy resistentes.
Durante la misión se tomaron muestras de terrenos inexplorados en busca de microorganismos y para analizar la casi nula contaminación del terreno, algo similar a lo que se haría en Marte. Pero lo más significativo fue el resultado de las pruebas con el NDX-1. "Le hicimos modificaciones para adaptarlo a este ambiente, que simula el de otro planeta. Tiene un nuevo sistema térmico para regular a voluntad la temperatura de los guantes, las botas y la parte que cubre el tórax; un sistema de agarre para evitar caídas, y una nueva mochila que presuriza el interior. Y todo funcionó muy bien en esta primera vez que se lleva un traje espacial a la Antártida", apuntó De León.
Si bien la duración del día en Marte es similar a la Tierra (25 horas), existen grandes diferencias, como la temperatura de la superficie, que durante el día más caluroso puede ser de unos 26,7º C pero que en las máximas nocturnas puede bajar a menos de -80º C. Incluso, el invierno en los polos alcanza temperaturas bajo cero de 135º C. "No podemos usar el mismo traje del trasbordador espacial porque pesa alrededor de 200 kilos y en Marte, con un tercio de la gravedad de la Tierra, sería como tener que soportar unos 70 kilogramos de peso extra mientras el astronauta trabaja fuera de la nave, algo que lo cansaría rápidamente", indicó De León.
Además, en Marte existe el problema de las frecuentes tormentas de polvo originadas por fuertes vientos. Según contó de León, "el astronauta tendrá que mirar por donde pisa, y eso nos obliga a buscar un área de visión mucho más amplia".
Pruebas del traje espacial en la Antártida.
Es la primera vez que un traje espacial llega a la Antártida, más precisamente a la base argentina Vicecomodoro Marambio . Allí, los científicos buscan perfeccionar un mecanismo que permita la toma de muestras estériles, reduciendo al mínimo la "contaminación cruzada". Desde hace un año se inició un proyecto para ponerlo a prueba en la Antártida, bajo condiciones similares a las que sería sometido en el "planeta rojo" y esta semana que logró llevarlo a cabo junto a dos científicos enviados desde la misma NASA, desde el Centro de Investigación Ames.
Las misiones tripuladas en Marte tendrán como uno de sus objetivos investigar la posibilidad de vida y la existencia de microorganismos o restos fósiles, basándose en las características similares que guarda respecto de la Tierra. En este sentido, la localización de la argentina Base Marambio en el extremo norte del continente facilita esta búsqueda de vestigios de vida, dado que se puede acceder directamente al suelo, obteniendo muestras que han permanecido sin contaminación durante decenas de miles de años. "La Antártida es uno de los últimos lugares del planeta que han sido mínimamente modificados por el hombre. Sumado a la temperatura, los vientos y la sequedad de la atmósfera, se convierte en el lugar ideal para realizar este tipo de experimentación", agregó el investigador, nacido en Cañuelas en 1964, y que ya a los nueve años construía y lanzaba cohetería amateur. De León fue el primer argentino, y segundo latinoamericano, en volar en gravedad cero en 1997. En 1984, fundó la Asociación Argentina de Tecnología Espacial, donde promueve y desarrolla, de forma privada, las actividades espaciales en el país. La misión en Marambio se realiza hace más de un año por científicos de la NASA, con personal del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y de la Fuerza Aérea Argentina.
En una misión que significó nueve horas de trabajo en el hielo antártico recolectando muestras del suelo utilizando un taladro también fabricado para la ocasión, el traje rindió con creces.