Crescencia Pérez religiosa argentina proclamada beata
El sábado 17 de noviembre, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, enviado especialmente por el Papa Benedicto XVI a Argentina, proclamó Beata a la religiosa Crescencia Pérez, de la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto.
Crescencia Pérez es la séptima beata argentina, precedida por las religiosas Nazaria Ignacia March Mesa, María Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas) y María Ludovica De Angelis, el coadjutor salesiano Artémides Zatti, la laica Laura Vicuña y el indio mapuche Ceferino Namuncurá.
En la ceremonia, celebrada alrededor del mediodía, en la localidad de Pergamino, provincia de Buenos Aires, el Cardenal Amato proclamó que "concedemos a la venerable sierva de Dios María Crescencia, virgen, religiosa profesa de la congregación de las Hijas del Huerto, que testimonió la caridad evangélica con sencillez, humildad y dulzura, que de ahora en adelante sea llamada beata".
La fiesta litúrgica señalada por el Papa Benedicto XVI para la Beata Crescencia Pérez, será el 20 de mayo.
El Cardenal Amato remarcó que la fecha de la beatificación es "un día de alegría para la Iglesia en la Argentina" y señaló que la nueva beata es "la expresión más genuina de la identidad cristiana del pueblo".
"Ella vivió el Evangelio del modo que produce paz, gozo y signos de misericordia", indicó.
La autoridad vaticana también recordó que "los testigos aseguran que 'Sol Dulzura' tuvo una existencia casi angelical. Todas las hermanitas eran buenas, pero sor Crescencia era una excepción. Toda su existencia fue paciencia, bondad, solidaridad".
La mujer del milagro
Al terminar el ritual de beatificación, María Sara Pane, quien se curó sin intervención ni explicación médica de una hepatitis fulminante en 1996, tras pedir la intercesión de Crescencia Pérez, acercó al altar una reliquia con restos de la flamante beata, acompañada de religiosas de las Hijas de Huerto.
María aseguró que "gracias a ella estoy viva. Le pedí que me dejara ver a mi hijo adulto y hoy estoy aquí, hasta con una nieta. Es un día inmenso".
El séptimo beato argentino
La celebración eucarística, que llevó por lema "Hermana Crescencia, mensajera de Dios y servidora de su pueblo", fue la segunda de este tipo en territorio argentino, después de la proclamación como beato del indio mapuche Ceferino Namuncurá en la localidad rionegrina de Chimpay en 2007.
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El beato Ceferino Namuncurá (Chimpay, Río Negro, Argentina,
26 de agosto de 1886 - Roma, Italia, 11 de mayo de 1905) fue un joven salesiano
argentino aspirante al sacerdocio, de orígenes mapuche y Argentino.
Nació en la reducción mapuche de Chimpay, sexto hijo de
Rosario Burgos, una cautiva "huinca" chilena, y del cacique Manuel
Namuncurá, un célebre líder del pueblo mapuche que luchó en la batalla del 5 de
mayo de 1883 contra las fuerzas del Ejército Argentino comandado por Roca.
Ceferino era también nieto del caudillo mapuche Calfucurá.
El apellido «Namuncurá» (mapudungun, «pie de piedra» de
namun, pie, y curá, piedra) significa «alguien firme, decidido».
En 1887, al año de edad, Ceferino se salvó de perecer
ahogado en el Río Negro, mientras jugaba en sus orillas. Ese mismo año, el 24
de diciembre, en vísperas de Navidad, fue bautizado por el misionero salesiano
padre Domingo Milanesio, gran defensor de los pueblos originarios. A los 11
años le pidió a este salesiano que lo llevara a estudiar para luego regresar y
así poder enseñar a los de su pueblo.